dimecres, d’agost 30, 2006

La historia interminable

Es cierto que los medios de comunicación de masa enfatizan unas noticias y no otras porque, de hecho, funcionan más como una empresa mediática que como una herramienta imprescindible para realizar uno de los derechos más importantes de las democracias liberales. Esto es, el derecho de información que todo ciudadano tiene para poder construir una opinión racionalmente argumentada y poder mantener vivo un espíritu crítico que le permita decidir y actuar coherentemente con sus valores e ideología.

Yo también quiero resaltar un pequeño detalle de un gran titular dominical de un importante periódico (conciente que el mercantilismo y la producción de noticias está más controlada un domingo que cualquier otro día de la semana). Pues bien, se informaba sobre la decisión de un juez federal americano de obligar a la administración norteamericana a publicar la lista de reclusos de la cárcel de Guantánamo. Esta decisión venía de la denuncia llevada a cabo por la agencia de prensa Associated Press (AP) que se acogía a la Ley de Libertad de Información (FOIA, en inglés) de EEUU. Con esto, dos cosas. Primero, aún hay esperanza al ver como existe todavía un periodismo democrático que reivindica su función pública y existencial. Segundo, la FOIA ha permitido salvaguardar el derecho a la información en EEUU, cosa que ha supuesto un paso adelante en cuanto a la recuperación de libertades después de la “Patriot Act”. Ésta consiste en obligar al gobierno a someterse a la ciudadanía puesto que debe de hacer pública la información correspondiente. Así, “The New Yok Times” también acaba de recurrir a los tribunales para obligar a Bush a publicar los informes sobre las escuchas ilegales realizadas a partir del 2001.

Ahí va la pregunta: nos atreveríamos a exigir una ley similar en nuestra democracia o pensamos que es mejor tener a la ciudadanía en la desinformación más absoluta para ser más controlable y manipulable. Recordemos el 11M y los diferentes seguimientos mediáticos y sobre todo la actitud del gobierno. Respecto a los medios de comunicación vale la pena poner en evidencia que, después de la famosa llamada de Mister Aznar a todos los directores de prensa, éstos, en vez de contrastar las informaciones se dejaron llevar por la espiral del poder; les pudo más (lo que ellos llamarían racionalizándolo) “la responsabilidad de Estado” que la responsabilidad y deber delante de los ciudadanos. Recordemos también las mentiras del Gobierno popular, así como su impunidad posterior. Cómo puede ser que la comisión del 11M se cerrara tan en falso. Cómo puede ser que no hayan habido responsabilidades políticas, cesamientos y, sobre todo, disculpas públicas por los insultos realizados. Así no ayudamos a la salud de una democracia nacida con tejerazos (ya sea por el 23F como por su texto constitucional), así no ayudamos para nada a la construcción de una cultura política democrática, ni para los ciudadanos, pero mucho menos para los que dicen ser sus representantes, tan faltos de educación y formas de hacer política en el sentido más amplio del término.